Diferencias entre la Mente Humana y de otras especies



Marc Hauser, profesor de psicología, biología evolutiva humana y de organismos de la Universidad de Harvard, se dedica a investigar las bases del desarrollo y la evolución de la mente humana; cuáles son las facultades mentales exclusivas de los seres humanos y cuáles las que compartimos con otros animales.

Darwin propuso la hipótesis de la continuidad mental entre animales y humanos, opinión que comparten muchos científicos actuales, a pesar de que cada vez son más los indicios del profundo abismo que existe entre la mente humana y la de un animal cercano.

Aunque aún no se conocen del todo, de a poco se van develando los misterios sobre el origen y la evolución de los rasgos mentales distintivos del hombre, que este autor considera que son cuatro.

Los humanos tienen la facultad de crear una gran cantidad de palabras, conceptos y cosas, mediante operaciones recursivas (emplear una regla repetidamente para crear palabras nuevas) y combinatorias (combinar elementos para generar nuevas ideas) y a esta capacidad la denomina computación generativa. Otras especies fabrican útiles de un solo material y para una sola finalidad, en cambio el hombre puede combinar fácilmente varios materiales para fabricar herramientas, para luego emplear con distintos fines.

En segundo lugar, los humanos pueden mezclar distintos ámbitos de conocimientos y generar leyes, relaciones sociales y técnicas nuevas, denominando esta facultad: combinación promiscua de ideas.

El tercer rasgo exclusivo humano son los símbolos mentales para uno mismo o para otros, por medio de palabras o imágenes, que codifican experiencias sensoriales, que pueden ser reales o imaginadas, formando un sistema de comunicación complejo.

La cuarta distinción humana es el pensamiento abstracto, que trasciende el mundo sensible.

A pesar de que el hombre comparte una gran mayoría de genes con el chimpancé, esta leve diferencia ha provocado una gran diferencia en la capacidad computacional entre ellos.

Existe diferencia de criterio en los antropólogos sobre cuál fue el momento en que apareció la mente humana moderna. Los registros arqueológicos indican que comenzó dicha transformación hace unos ochocientos mil años, en la era paleolítica,  que se hizo más notable hace unos cincuenta mil años, cuando se encontraron por primera vez útiles más complejos, como huesos de animales con agujeros para utilizarlos como instrumentos musicales, tumbas funerarias adornadas, que hacen inferir que ya poseían ideas estéticas y creencias sobre una vida después de la muerrte, pinturas rupestres simbólicas que relatan sucesos pasados y la percepción del futuro,  y el dominio del fuego, adelanto tecnológico revolucionario que les permitió sobrevivir en ambientes fríos y transformar en comestibles nuevos alimentos.

Para conseguir estos avances fue necesario que pasara mucho tiempo y realizar muchos esfuerzos.

Sin embargo la adquisición de los ingredientes básicos de nuestra humanidad mental todavía no ha sido develada.

No se sabe hasta dónde había progresado su lenguaje por medio de sonidos o de signos, ni tampoco el grado de complejidad de los sonidos que podían ejecutar con esos instrumentos que se encontraron, pero sí se puede afirmar que los humanos, desde su etapa de cazadores y recolectores africanos hasta los actuales, han tenido de nacimiento las cuatro condiciones básicas de su característica humana, aunque éstos pueden variar en función a cada cultura. Estas variaciones pueden ser de idioma, de composición musical, de normas morales y de artefactos.

Aún hoy en día las prácticas de culturas diferentes nos pueden resultar ajenas e incomprensibles.

Los seres humanos comparten muchos rasgos cerebrales con otras especies animales, la diferencia es el tamaño relativo de algunas zonas corticales y en la forma en que interactúan.

Fuente: "Scientific American Review", Versión española "Investigación Científica", Prensa Científica SA, Barcelona, España, noviembre 2009